Infancia feliz: indispensable en la formación de adultos seguros y exitosos

El entorno en el que un niño crece juega un papel crucial en su desarrollo emocional, cognitivo y social. Según expertos, cuando un niño se encuentra en un ambiente de amor, confianza y crianza respetuosa, no solo se le brinda seguridad y estabilidad, sino que también se establecen las bases para su bienestar a lo largo de toda su vida.

Expertos coinciden en que si los niños crecen en un entorno saludable, con padres amorosos que los escuchan y comprenden, donde se establecen límites y no hay violencia, tienen mayores probabilidades de convertirse en adultos positivos, lo que resulta crucial para mejorar la sociedad actual.

Este 30 de abril, en el Día de la Niña y del Niño, El Sol de Puebla abordará la importancia de una infancia feliz para formar adultos mejores. Según los expertos, la educación basada en el amor, el cuidado y el respeto son fundamentales para crear individuos equilibrados y capaces de enfrentar los desafíos de la vida.

En entrevista con el medio, Ivonne Estela Martínez, psicóloga y pedagoga de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), explicó que numerosos estudios han demostrado que los niños criados en un entorno cálido y amoroso, con apoyo emocional y autonomía, tienen mayores probabilidades de convertirse en adultos seguros, empáticos y exitosos.

Desde su perspectiva, una infancia feliz no solo implica momentos de alegría y diversión, sino que también sienta las bases para construir una personalidad sólida y resiliente. Martínez enfatizó que un entorno amoroso y respetuoso tiene un impacto a largo plazo en la sociedad, produciendo adultos responsables y compasivos.

Por otro lado, los efectos negativos de crecer en un entorno violento no pueden ser subestimados. La exposición a la violencia puede tener consecuencias devastadoras en el desarrollo emocional y psicológico de los niños, incluyendo ansiedad, depresión y agresividad.

Es responsabilidad de toda la sociedad garantizar que los niños crezcan en un entorno seguro, donde se promueva su bienestar integral y se les brinde las herramientas necesarias para alcanzar su máximo potencial.

Giovana Gaytán Ceja, psicóloga de la Universidad Iberoamericana campus Puebla, también destacó la importancia del entorno en el desarrollo de los niños. Un ambiente de amor, confianza y límites claros proporciona seguridad y estabilidad, sentando las bases para su bienestar a lo largo de la vida.

La crianza respetuosa se basa en el diálogo, la empatía y el respeto mutuo, lo que enseña a los niños a valorar a los demás y a resolver conflictos de manera pacífica y constructiva. Este enfoque fomenta la comunicación abierta y la expresión saludable de emociones, contribuyendo a la salud mental y emocional del niño a lo largo de su vida.

En conclusión, es fundamental reconocer que un entorno saludable durante la infancia ayuda a formar adultos íntegros y empáticos, capaces de contribuir positivamente a sus comunidades. Al crear un ambiente donde los niños se sientan seguros, valorados y respetados, se siembran semillas de paz y amor que florecerán en adultos comprometidos con un mundo mejor.