A partir del 29 de marzo de 2025, las escuelas de Puebla y de todo el país deberán eliminar la venta de comida chatarra. Esta medida, anunciada por el gobierno federal, busca enfrentar el alarmante problema de obesidad infantil en México.
En una conferencia de prensa celebrada el 21 de octubre, Mario Delgado, secretario de Educación Pública (SEP), informó sobre esta directiva. Las instituciones de educación básica, media superior y superior tendrán un periodo de 180 días para adecuarse a esta normativa.
A pesar de la existencia previa de lineamientos para restringir alimentos ultraprocesados, su aplicación ha sido deficiente. La decisión del gobierno federal responde a una necesidad urgente de mejorar la salud de los estudiantes.
Un reciente monitoreo realizado en más de 10,500 escuelas reveló que un abrumador 98% de ellas comercializan productos no saludables. Además, el 95% ofrece bebidas azucaradas y el 79% vende refrescos, lo que resalta una preocupante cultura de consumo entre los jóvenes.
La epidemia de obesidad infantil
Las cifras son alarmantes: más de cinco millones de niños en educación básica en México padecen obesidad. De acuerdo con la Encuesta de Salud y Nutrición, 5.7 millones de menores de cinco a 11 años y 10.4 millones de adolescentes de 12 a 19 años enfrentan este problema.
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Mario Delgado subrayó que gran parte de esta ingesta excesiva de azúcares proviene de refrescos y alimentos ultraprocesados. Además, se ha observado que el 66% de la población escolar supera el límite de consumo de azúcar recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La falta de actividad física también agrava la situación. Según datos, siete de cada diez niños y cinco de cada diez adolescentes son considerados inactivos.
Iniciativas complementarias para mejorar la salud
La nueva normativa no solo se limita a la prohibición de la comida chatarra. El gobierno también planea implementar otras medidas para fomentar estilos de vida más saludables en las escuelas. Se promoverá el consumo de agua natural mediante la instalación de bebederos y se capacitará a los responsables de las cooperativas escolares para que prioricen la venta de alimentos frescos y locales.
En suma a lo mencionado, se incentivará la actividad física entre los estudiantes y se establecerá un sistema para monitorear y evaluar el impacto de estas acciones. Históricamente, las iniciativas para restringir la venta de comida chatarra en las escuelas han fracasado; sin embargo, esta nueva estrategia busca garantizar la implementación efectiva de las normativas.