Durante las marchas de desaparecidos y en las jornadas de localización, las mujeres han sido frecuentemente las protagonistas, alzando la voz y liderando la búsqueda de sus seres queridos. Sin embargo, cada vez más hombres se suman a la lucha desesperada por encontrar a sus familiares desaparecidos. A pesar de las expectativas sociales que a menudo exigen a los hombres ocultar sus emociones, estos valientes padres, hermanos e hijos también se han convertido en buscadores incansables y voces de justicia.
Historias de hombres buscadores
Rodolfo Larios: el hermano que no se rinde
Rodolfo Larios lleva la incertidumbre de la desaparición de su hermana, Guadalupe, desde el 2018. Lupe fue vista por última vez en San Sebastián de Aparicio, cuando un sujeto la interceptó bajo el pretexto de ayudar a su madre caída. A pesar de haber vivido acoso previo y de haber intentado hackear sus redes sociales, las autoridades no tomaron en serio el caso. Rodolfo, enfrentando revictimización y escepticismo, se convirtió en buscador y defensor de su hermana. Abandonando su empleo y priorizando la búsqueda, se une al Colectivo Voz de los Desaparecidos y se esfuerza por encontrar respuestas.
Eladio Ramírez: la búsqueda incansable
Eladio Ramírez, padre de Jorge Ramírez Hernández, ha buscado a su hijo por cuatro años. Jorge, desaparecido a los 33 años, dejó tras de sí una familia que se pregunta por su paradero. Una vecina informó que Jorge fue “levantado” por cuatro sujetos, creyendo que era un asalto. A pesar de su arduo trabajo, Eladio no pudo evitar que su hijo fuera encontrado en una fosa común. Aunque alivia el saber, el dolor y la búsqueda incansable continúan.
Visibilizando la lucha de hombres buscadores
El compromiso de hombres como Rodolfo y Eladio pone de manifiesto el dolor y la resiliencia que experimentan las familias afectadas por las desapariciones forzadas. Estos buscadores también enfrentan presiones sociales y roles tradicionales de género que esperan que los hombres sean fuertes y valientes. A pesar de esto, hombres de todas las edades están dedicando tiempo y energía a buscar justicia y respuestas. A medida que más hombres se suman a la búsqueda, se amplifica la voz de los desaparecidos y se lanza un llamado urgente a las autoridades para que aborden este fenómeno social de manera efectiva y sensible.