Desde el año 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una advertencia que resonaría en la comunidad científica y la sociedad en general: la Enfermedad “X”. Según la OMS, se trata de una potencial amenaza para la salud global, una entidad patológica que podría desencadenar una emergencia de salud pública sin que aún se disponga de tratamientos o vacunas efectivas.
Entre las enfermedades prioritarias que se encontraban en el radar de la OMS figuraban el ébola, el zika, la fiebre de Lassa, la fiebre del valle de Rift, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, la enfermedad de Nipah y los síndromes respiratorios de SARS y MERS. Sin embargo, una de ellas destacaba por su incertidumbre: la “Enfermedad X”. La OMS la definió como “una epidemia internacional grave que podría ser causada por un patógeno actualmente desconocido con potencial para afectar a los seres humanos”.
Este enigma ya estaba en la mente de la OMS, que se hallaba alerta ante la posibilidad de enfrentar una crisis sanitaria similar a la desencadenada por el COVID-19. En mayo de 2023, durante la 74ª Asamblea Mundial de la Salud, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, instó a los estados miembros a prepararse para la próxima pandemia, subrayando la necesidad de estar prevenidos ante la “Enfermedad X”.
SE SIGUE ESTUDIANDO ANTE UNA POSIBLE EMERGENCIA EPIDÉMICA
A pesar de su naturaleza teórica, la Enfermedad “X” sigue siendo una prioridad para la OMS, que la define como un “patógeno actualmente desconocido que podría desencadenar una grave epidemia internacional”. Esta categorización refleja la urgencia de estar preparados para enfrentar un enemigo invisible que podría poner en jaque a la salud global.
Un dato importante es que, dos años después del inicio de la pandemia de COVID-19, la OMS volvió a incluir a la Enfermedad “X” en su lista de enfermedades prioritarias. Esto confirma la constante preocupación de la organización por la posibilidad de un brote originado por un patógeno desconocido.
Aunque la “Enfermedad X” aún es una incógnita, la OMS no está dispuesta a repetir los errores del pasado. Su enfoque está en garantizar una preparación temprana para afrontar esta posible amenaza. En un mundo donde las condiciones actuales son propicias para la aparición y propagación de nuevos virus, la colaboración global de expertos científicos se convierte en una herramienta esencial para enfrentar lo desconocido y proteger la salud de la humanidad.