Naciones dicen adiós a la “chinodependencia”
En medio de la pandemia del coronavirus, distintas naciones del mundo han expresado un cambio de enfoque para con China.
En varios países se analizan medidas para comenzar a eliminar la “chinodependencia” económica, como es el caso del gobierno de Japón, que ha decidido invertir masivamente para que las empresas japonesas regresen sus plantas fabriles de China a su territorio en los próximos dos años.
El presidente Donald Trump también prevé la aplicación de medidas similares, mientras que el mandatario francés, Emmanuel Macron declaró días atrás que la crisis del coronavirus mostró la prioridad de producir más en Francia y en Europa, siendo más preciso su ministro de economía, Bruno Le Maire, quien señaló que era necesario reducir la dependencia respecto de ciertas grandes potencias como China.
El presidente y director ejecutivo del Atlantic Council, Frederick Kempe, llamó la atención sobre la amenaza que representa la dependencia excesiva de China para las cadenas de suministro cruciales que van desde productos farmacéuticos hasta materiales de tierras raras utilizados en casi todos los equipos de alta tecnología; al igual que el Laboratorio de Análisis Político de la Fundación para el Progreso, en Chile, que manifestó que el impacto de estos nuevos vientos, con sus guerras comerciales y nuevas regulaciones, ya se había notado en el esfuerzo de diversas firmas de disminuir su “chinodependencia”.
Todos coinciden en que China contraatacará pero las cosas ya no serán iguales, al haber iniciado la pugna por una reorganización de la economía mundial, en busca de un comercio internacional.