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No basta la factura, fisco exige fotos para solicitar deducción de impuestos
Para que una empresa grande solicite una deducción de impuestos no es suficiente una factura, por lo que pide pruebas como fotos, archivos digitales, mapas, evidencia testimonial e informática.
Lo anterior, para que la empresa demuestre que las operaciones sí se realizaron y puedan deducir, según indicaron especialistas.
En 2019, la Secretaría de Hacienda estimó que las deducciones de Impuesto Sobre la Rente (ISR) de las empresas representó un gasto fiscal de 24 mil 666 millones de pesos, de los cuales el 75 por ciento corresponde a deducciones por compras de automóviles.
El fiscalista de Thompson & Knight México afirmó que el rechazo de una deducción en la compra de un bien o un servicio para las grandes empresas significa que adquieren una deuda con el fisco por millones de pesos.
“No basta con una factura por el servicio, desafortunadamente el comprobante, no comprueba nada, por lo menos a mi favor, únicamente en mi contra”, señaló.
Explicó que el SAT tiene la facultad de exigir al contribuyente que compruebe la materialidad de una operación, es decir, que pruebe que la operación realmente sucedió.
“El problema es que no existe una guía para demostrar la materialidad; entonces, desafortunadamente la autoridad toma estándares muy difíciles de cumplir para acreditar la materialidad y cuando no se logra acreditar rechaza la deducción”, advirtió.
Añade que los casos más comunes de desconocimiento de operaciones se dan en la compra de servicios que no dejan rastros tangibles.
Argumentó que si se compra una maquinaria se puede mostrar el equipo como prueba de que la operación se realizó, pero si se repara una maquinaria es más difícil comprobar esa operación ante un cuestionamiento del SAT.
El especialista aseguró que esta práctica se realizaba desde el gobierno anterior, aunque en esta administración se ha agravado por las presiones presupuestales y la necesidad de impulsar la recaudación.
Guillermo Mendieta, socio de la firma Mendieta y Asociados, aseguró que la práctica de aumentar los requisitos para comprobar la materialidad de las operaciones incrementa la carga administrativa de las empresas.
Lamentó que “se piden cosas en exageración, eso quita productividad a la empresa, recursos administrativos y oportunidad de negocios. Nos volvemos menos competitivos”.
Abundó que el SAT puede llegar a solicitar el RFC del conductor que entregó un producto, su identificación oficial o la placa del auto para comprobar que se compró un bien o servicio.
Argumentó que “la autoridad fiscal se está volviendo revisora, cuando su facultad es verificar el pago de los impuestos, no que se hayan entregado los productos o realizado la prestación del servicio”.