Puebla se calienta a pasos acelerados
Si se mantiene un alto consumo energético sin tener en cuenta el efecto invernadero, se espera que la temperatura media anual en Puebla aumente hasta 2 grados centígrados más en la próxima década, según advierten investigadores. Este incremento tendría consecuencias biológicas graves, y ya se están observando cambios significativos en el estado. A corto y mediano plazo, se espera que los cambios bruscos de temperatura sean más frecuentes, aumente el estrés hídrico en ciertas áreas y se agranden las islas de calor en entornos urbanos. También se pronostica que las regiones de la Mixteca y la Sierra Negra serán más secas, mientras que el centro de la entidad experimentará temperaturas más frías.
Expertos como Cecilia Conde Álvarez, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, y Carlos Alberto Huerta Aguilar, del Tecnológico de Monterrey Campus Puebla, señalan que los modelos climáticos indican cambios drásticos en las temperaturas en Puebla, con veranos más cálidos y secos, pero con lluvias torrenciales en algunas estaciones.
Esta variación climática, según argumenta Huerta Aguilar, provocará la degradación de varios ecosistemas en la entidad, lo que agravará la sobreexplotación de los principales acuíferos.
Datos del Servicio Meteorológico Nacional muestran un aumento gradual de la temperatura media anual en Puebla desde 1993 hasta la actualidad. Aunque hubo fluctuaciones en décadas anteriores, desde 2013 se ha registrado un calentamiento más marcado, con la temperatura media anual nunca por debajo de 18.7 grados.
Según Romeo Alberto Saldaña Vázquez, del Instituto de Ecología, estas variaciones son preocupantes, pero su impacto no será uniforme en toda la entidad debido a las distintas características geofísicas de cada región.
Francisco Javier Sánchez Ruiz, de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, afirma que los modelos matemáticos sugieren un aumento de casi 2 grados en la temperatura de la entidad en los próximos 10 años.
La dependencia de Puebla de los combustibles fósiles, según la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial, es evidente, con el 85.3% de su distribución energética proveniente de estos, y solo un 5.2% de energías renovables. Esto contribuye a la contaminación atmosférica y otros problemas ambientales.
El efecto invernadero, a pesar de ser un proceso natural, se ve exacerbado por la quema indiscriminada de combustibles fósiles, lo que aumenta la concentración de gases en la atmósfera y, por ende, el calentamiento global. Esto ha tenido impactos significativos en el clima y el medio ambiente, especialmente a nivel regional.