Se incrementan en Puebla carpetas de investigación con víctimas menores de edad
Durante los últimos cuatro años, se ha registrado un aumento significativo del 62.1% en las investigaciones relacionadas con menores de edad como víctimas, pasando de 481 en 2020 a 780 en 2023. En lo que va de este año, se han iniciado 189 indagatorias, siendo los delitos principales homicidios y lesiones. Estas cifras han colocado a Puebla en el puesto número 14 a nivel nacional en términos de investigaciones con menores afectados, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Estas estadísticas son destacadas hoy, 30 de abril, Día del Niño, para resaltar la necesidad de proteger a la infancia y promover su bienestar. Sin embargo, también sirven como recordatorio de la vulnerabilidad que enfrentan los niños en su día a día.
Especialistas, gobiernos y la sociedad en su conjunto tienen la responsabilidad moral de colaborar para prevenir la violencia contra los niños. Esto es fundamental para crear un entorno seguro en el que todos los niños puedan crecer y desarrollarse adecuadamente.
El SESNSP mantiene un registro estatal de víctimas que muestra la cantidad de investigaciones en las que están involucrados menores de edad. Entre 2020 y 2023, estas investigaciones aumentaron significativamente en Puebla, mostrando un incremento del 62.1%. Desde 2015 hasta marzo de 2024, se han registrado un total de 6,759 casos en el estado.
A nivel nacional, Puebla se sitúa en el lugar 14 en cuanto a investigaciones con menores afectados. Durante los primeros tres meses de este año, se han abierto 189 investigaciones en las que menores resultaron perjudicados, siendo los delitos más comunes lesiones y homicidios.
Es esencial que las autoridades trabajen en la prevención de la delincuencia infantil para proteger a los niños de ser víctimas o perpetradores de delitos. La participación en actividades delictivas durante la infancia puede tener consecuencias graves a largo plazo, afectando su desarrollo físico, emocional y social.
Para evitar que los niños se vean envueltos en la delincuencia, es necesario proporcionarles un entorno seguro y promover su bienestar integral. Esto implica implementar políticas y programas de prevención efectivos que fortalezcan su capacidad para resistir influencias negativas y superar desafíos. De esta manera, se contribuye a construir comunidades más seguras y saludables para las generaciones futuras.