El municipio de Atlixco fue escenario de la 59ª edición del Huey Atlixcáyotl, una de las festividades más emblemáticas del estado de Puebla, que reunió a cientos de personas en el Cerro de San Miguel. Encabezado por el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, el evento se convirtió en un punto de encuentro para las tradiciones y danzas de diferentes regiones del país.
Una celebración de identidad y cultura
Desde su designación como Patrimonio Cultural del Estado en , el Huey Atlixcáyotl ha mantenido viva la esencia de las raíces indígenas y mestizas de Puebla.
Durante la ceremonia inaugural, el gobernador, acompañado por su esposa Gabriela Bonilla Parada y autoridades locales como la presidenta municipal Ariadna Ayala Camarillo, dio inicio al festival con la coronación de las Xochicihuatl y el recibimiento del bastón de mando, símbolo de autoridad en la cultura prehispánica.
Este año, el estado de Sonora fue el invitado especial, con una destacada presentación de “La Danza del Venado”, una de las expresiones rituales más significativas para las comunidades yaquis y mayos. La ceremonia atrajo a visitantes de diferentes estados de la república y del extranjero, consolidándose como un espacio de encuentro multicultural.
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Tradiciones que perduran
El Huey Atlixcáyotl incluyó la participación de cuadrillas de 11 regiones, presentando danzas tradicionales como la “Danza de los Tiznados” de San Mateo Ozolco, el “Baile del Toro de Once” de Chiautla de Tapia y el “Convite y las Calabazas” de Atlixco. También formaron parte del repertorio danzas simbólicas como la “Danza de los Voladores” y la “Danza de los Vaqueros” de Ajalpan.
El gobernador Céspedes Peregrina, en entrevista, enfatizó la necesidad de preservar estas manifestaciones culturales, destacando su relevancia en la construcción del orgullo y la identidad poblana. “Es fundamental seguir impulsando estas celebraciones, que son el reflejo de nuestras tradiciones más profundas”, afirmó, mientras la comunidad disfrutaba de las coloridas presentaciones.
El Huey Atlixcáyotl, que cada año se celebra el último domingo de septiembre, reafirma su importancia como un evento clave para el patrimonio cultural de Puebla.