El pasado sábado, un devastador incendio azotó la colonia Nuevo León del municipio de Cuautlancingo, dejando como saldo un total de 214 vehículos completamente calcinados. El fuego, que se desató en un terreno contiguo utilizado como depósito municipal, se propagó rápidamente, consumiendo todo a su paso.
Según los informes preliminares, el incendio se originó a partir de una quema de pastizales que se salió de control, encontrando en los vehículos estacionados en el corralón una fuente de combustible que avivó las llamas hasta alcanzar dimensiones alarmantes. Las explosiones resultantes generaron una densa columna de humo negro, visible desde varios puntos, incluso desde la capital del estado.
Ante la magnitud del siniestro, cuerpos de emergencia como los bomberos de Cuautlancingo se movilizaron rápidamente. Sin embargo, la magnitud del incendio los rebasó, obligándolos a solicitar ayuda a otras instituciones como los bomberos del Estado, Protección Civil de San Andrés Cholula y de Puebla, así como la PC estatal.
Después de horas de intensa labor, los equipos de emergencia lograron extinguir las llamas, evitando víctimas mortales o heridos. A pesar de ello, las pérdidas materiales fueron considerables. El olor a llantas quemadas y las explosiones de los vehículos se hicieron perceptibles a gran distancia, sembrando alarma entre los residentes de la zona.
El siniestro, desencadenado en un terreno vecino al corralón, se extendió rápidamente debido a las condiciones climáticas desfavorables y la falta de recursos para contenerlo. Las autoridades locales, con el apoyo de diferentes municipios y organismos de protección civil, trabajaron arduamente en conjunto para controlar la situación y mitigar los daños causados por el fuego.