Este lunes, el gobierno de Estados Unidos anunció la incautación de un jet privado asociado al presidente venezolano Nicolás Maduro. La aeronave, que se encontraba en República Dominicana, ha sido trasladada a Florida. La acción se enmarca dentro de las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense.
Detalles de la operación
El fiscal general de EE.UU., Merrick Garland, reveló que el Departamento de Justicia ha confiscado un Dassault Falcon 900EX, valorado en 13 millones de dólares. La aeronave, adquirida a través de una empresa fantasma, estaba destinada al uso personal de Maduro y su entorno cercano. El avión voló de Santo Domingo a Fort Lauderdale el lunes por la mañana.
Esta incautación se produce en un contexto de intensa crisis política en Venezuela. Tras las elecciones del 28 de julio, Nicolás Maduro fue reelegido para un tercer mandato de seis años. No obstante, la oposición denuncia fraude y afirma haber ganado, presentando actas que lo prueban. El gobierno de Maduro ha desestimado las demandas de un recuento detallado, a pesar de la presión internacional para una revisión transparente.
Reacciones internacionales
Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. comentó que “Maduro y su entorno han manipulado los resultados electorales y realizado una represión generalizada”. La incautación del jet busca hacer que Maduro enfrente las repercusiones de su administración.
La comunidad internacional, incluyendo EE.UU., la Unión Europea y varios países latinoamericanos, ha cuestionado la validez de la victoria de Maduro sin una revisión exhaustiva. La situación se ha intensificado con violencia post-electoral, resultando en 27 muertes y al menos 192 heridos durante las protestas.
Desde 2005, Estados Unidos ha implementado sanciones contra individuos y entidades venezolanas por corrupción y violaciones de derechos humanos. La administración de Donald Trump amplió estas sanciones para incluir medidas financieras y sectores específicos, en respuesta a las violaciones sistemáticas en Venezuela.