Internacional
Migrantes abandonados exigen respeto y dignidad
Cerca de la frontera entre Túnez y Libia, un centenar de migrantes se encuentran en una situación desesperada, abandonados por las autoridades y bloqueados sin posibilidad de
moverse ni ingresar a ningún país. Hombres, mujeres y niños malviven en un campamento improvisado a orillas de un pantano salado, donde sufren condiciones extremas de calor
durante el día y frío en las noches desérticas.
George, un nigeriano de 43 años, declara que están sufriendo sin comida ni agua, y aunque algunas ayudas llegan con cuentagotas, no es suficiente
para sobrevivir. Los libios no los permiten ingresar a su territorio, mientras que los tunecinos les impiden regresar, dejándolos atrapados en medio
de la frontera sin ninguna opción de escape.
Fátima, una nigeriana de 36 años, está en Ras Jedir con su marido, pero su hijo de tres años quedó atrás en Sfax, el principal punto de salida hacia
Europa para los inmigrantes irregulares. El desespero y la angustia se hacen palpables entre los migrantes, quienes claman por ser tratados como
seres humanos y no como animales.
La situación ha sido crítica desde el estallido de violencia racial en Sfax a principios de julio, cuando cientos de migrantes fueron llevados por la fuerza a zonas desérticas.
Aunque algunos guardias fronterizos libios han rescatado a migrantes errantes en el desierto, la falta de recursos y la dificultad para acceder a ayuda humanitaria dejan a
estos migrantes en una situación desesperada y vulnerable.