Municipios
Transformaciones y desafíos en Pueblos Mágicos de Puebla
El crecimiento sostenido en la afluencia turística y la creciente demanda de servicios y productos turísticos han marcado un cambio significativo en la dinámica social y económica de los Pueblos Mágicos de Zacatlán y Chignahuapan, en Puebla. Sin embargo, también se vislumbran desafíos y replanteamientos que demandan una gestión eficiente y estratégica.
Para María Antonieta Morales Zamora, exdirectora municipal de Turismo y actual gerente de la agencia de viajes “Hotelesde Zacatlan”, la vocación turística de Zacatlán se gestaba incluso antes de obtener la distinción de Pueblo Mágico en abril de 2011. En ese entonces, ya existían entre 11 y 14 hoteles, los cuales fueron pioneros en el desarrollo de la hotelería local.
La denominación como Pueblo Mágico propició un mayor impulso al turismo, impulsando iniciativas como las certificaciones “Punto Limpio” y “Moderniza”. Estas medidas apuntaban a elevar la competitividad del destino, especialmente para los emprendimientos incipientes. Cabe destacar que en Zacatlán predominan los negocios familiares, caracterizados por un crecimiento orgánico y una adaptación constante a través del ensayo y error, sin una formación previa en turismo.
El programa “Moderniza” representó un hito significativo al profesionalizar los negocios locales y reorientar su enfoque desde una perspectiva más informal hacia una gestión empresarial estructurada. Esta profesionalización, según Morales Zamora, ha sido fundamental y se percibe como una necesidad imperante en el actual contexto turístico.
Hoy en día, se contabilizan más de 500 puntos de alojamiento en Airbnb, una plataforma comunitaria que facilita la publicación, promoción y reserva de hospedaje en más de 190 países. Asimismo, se estima la presencia de más de 100 hoteles y un centenar de complejos de cabañas en el municipio.
En el caso de Chignahuapan, otro Pueblo Mágico de la región, se observa un menor impacto turístico, pero no menos relevante. Los comercios y prestadores de servicios turísticos están adquiriendo una mayor preeminencia en la vida cotidiana del lugar.
Al consultar a los habitantes, se identifican tres desafíos recurrentes. En primer lugar, la reubicación intermitente de las terminales de autobuses, seguida del desafío de gestionar la alta afluencia de visitantes, que puede tornar intransitable el centro de la ciudad para los residentes. También se hace mención del incremento de la tasa de delincuencia asociada al crecimiento del turismo, así como al aumento exponencial en el valor de los inmuebles.
Estos cambios y desafíos demandan una gestión cuidadosa y estratégica por parte de las autoridades y los actores locales para garantizar un desarrollo turístico sostenible y beneficioso para la comunidad y los visitantes.