Estado
Transporte pirata opera sin control en la Vía Atlixcáyotl
A pesar de los riesgos evidentes y la falta de regulación, el transporte pirata sigue operando sin control en la Vía Atlixcáyotl, a la altura de la caseta de cobro, ofreciendo viajes foráneos a bajo costo y sin tener permiso para operar de forma regular. Esta problemática plantea preocupaciones sobre la seguridad y la legalidad de este tipo de servicios.
¿Cómo funcionan el transporte pirata?
En la gasolinera Shell cercana a la terminal de autobuses Oro, se encuentran varios conductores que ofrecen viajes a destinos como Atlixco e Izúcar de Matamoros. Aunque estos conductores buscan atraer a los pasajeros con tarifas económicas, sus vehículos carecen de la debida regulación y seguridad necesarias para el transporte público.
Uno de los conductores, que utiliza una combi amarilla, atrae a los pasajeros gritando los destinos y llamando a la gente para subirse a su vehículo. Algunas personas abordan sin cuestionar la legalidad o la seguridad del servicio, a pesar de incidentes pasados que han involucrado a taxis piratas.
Estos conductores operan sin ningún dispositivo de movilidad por parte de las autoridades federales, estatales o municipales para supervisar si cuentan con licencias de transporte de pasajeros válidas. A pesar de transitar sin problemas, esta falta de regulación plantea riesgos para la seguridad de los pasajeros y la integridad de los vehículos.
Un peligro para los ciudadanos
El director general de Corresponsabilidad en el Transporte, Arturo Balderas Moyano, advierte que el uso de este tipo de transporte pirata es peligroso. Estos vehículos no están registrados ni habilitados para brindar servicio de transporte público, lo que pone en riesgo la integridad física de los pasajeros. Además, al no contar con seguros para viajeros ni revisiones mecánicas, estas unidades son propensas a accidentes viales.
A pesar de la diferencia de apenas cinco pesos en comparación con los autobuses regulares de empresas reconocidas, muchas personas optan por este servicio pirata debido a su aparente conveniencia y menor costo. Sin embargo, la falta de regulación y seguridad plantea interrogantes sobre si este ahorro vale el riesgo para la seguridad y la integridad de los pasajeros.